martes, 16 de julio de 2024

Tumores cerebrales en niños

 Autor/a: Alan R. Cohen N Engl J Med 2022;386:1922-31.

Introducción

Los tumores cerebrales son las neoplasias sólidas más frecuentes y la principal causa de muerte por cáncer en niños.1-3 Los tumores del sistema nervioso central (SNC) representan el 20% de los cánceres infantiles y solo secundan a la leucemia en frecuencia.4

La incidencia anual promedio ajustada por edad de tumores cerebrales en niños en los Estados Unidos es de 5,65 casos por 100.000 habitantes, con 0,72 muertes por cada 100.000 (neonatos hasta los 14 años).3

Los avances diagnósticos y terapéuticos recientes han llevado a una mejora en la sobrevida y la calidad de vida de muchos niños con cánceres del SNC. Sin embargo, el pronóstico para muchos niños con tumores cerebrales sigue siendo pobre, y los tratamientos dejan secuelas a largo plazo.2,5

Esta revisión destaca los cambios recientes en la clasificación y manejo de los tumores cerebrales en niños. Dada la gran cantidad de dichos tumores y la complejidad de los nuevos esquemas de clasificación, sólo se discuten aquí los tipos más comunes y representativos.

Clasificación de los tumores cerebrales en niños

La quinta edición de la Clasificación de Tumores del Sistema Nervioso Central (CNS5) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicada en 2021, introdujo importantes cambios en la taxonomía de los tumores cerebrales, enfatizando las características de diagnóstico molecular.6

Esto ha creado una nomenclatura híbrida de clasificaciones convencionales con biomarcadores moleculares basada en características histológicas, ultraestructurales e inmunohistoquímicas. Estos cambios son extensos y para no especialistas (y especialistas) pueden parecer un simple cambio de nombre, pero reflejan la tendencia de asignar categorías diagnósticas en base a características genéticas que en muchos casos impulsan el pronóstico y ofrecen objetivos potenciales para el tratamiento.

El nuevo sistema ha introducido 22 tipos únicos de tumores, muchos de los cuales incluyen alteraciones moleculares específicas. Algunos nombres son difíciles de manejar, como el "glioma de alto grado de tipo pediátrico difuso, tipo salvaje H3 Y tipo salvaje IDH” y “tumor mixoide desmoplásico de la región pineal, mutante SMARCB1.”

El perfil molecular no está ampliamente disponible en los países en desarrollo, e incluso en los Estados Unidos, la secuenciación del exoma y del genoma puede llevar semanas y es posible que sea necesario iniciar el tratamiento antes de establecer el diagnóstico molecular.7 También hay una brecha entre la perspectiva de comprender la génesis y el comportamiento de los tumores cerebrales en niños y la aplicación de estos nuevos conocimientos en la práctica clínica.

Gliomas

> Gliomas difusos de bajo grado de tipo pediátrico

Los gliomas de bajo grado son los tumores cerebrales más frecuentes en la infancia y representan un tercio de todos los casos si se incluyen tumores mixtos glioneuronales y neuronales.8

Este grupo de tumores es heterogéneo; a diferencia de los gliomas de bajo grado en adultos, los gliomas de bajo grado en niños rara vez se transforman en tumores de mayor grado.9 Las mutaciones IDH1 o IDH2  comunes en gliomas de bajo grado en adultos, que se convierten en tumores de mayor grado, son mucho menos frecuentes en niños.10

El tratamiento inicial para la mayoría de los gliomas de bajo grado en niños es la cirugía para establecer un diagnóstico tisular y lograr la máxima resección segura. En un gran estudio internacional, la sobrevida sin progresión a 5 años de los niños con gliomas de bajo grado fue del 69%, y la sobrevida general fue del 95%.11 Los factores de riesgo para la progresión fueron menor edad, resección  incompleta, características histológicas fibrilares y localización hipotalámica o quiasmática.

La resección total macroscópica de los gliomas de bajo grado en niños a menudo no es posible, particularmente de aquellos que se encuentran en la profundidad de la línea media. Muchos de estos tumores son indolentes, y la observación con imágenes cerebrales de control es a veces una opción.

La radioterapia es eficaz para el tratamiento de gliomas de bajo grado recurrentes o residuales, con sobrevida libre de progresión a 5 años del 71% y sobrevida global del 93%.12 Los niños en riesgo de progresión tumoral en base a la edad, la ubicación anatómica y las características genéticas a menudo se tratan con quimioterapia adyuvante debido a la preocupación por los efectos neurotóxicos de la radiación en el cerebro en desarrollo.10 Los agentes quimioterapéuticos que han demostrado ser eficaces, ya sea solos o en combinación, incluyen vincristina, carboplatino, vinblastina, 6-tioguanina, procarbazina, lomustina, cisplatino, etopósido e irinotecán.8,13,14

Se ha evaluado la quimioterapia multifarmacológica en un ensayo que comparó carboplatino y vincristina con 6-tioguanina, procarbazina, lomustina y vincristina. La sobrevida libre de eventos fue similar en los dos grupos de quimioterapia y fue similar o superior a la sobrevida libre de eventos con radioterapia.15 Los tumores en ambos grupos de quimioterapia progresaron dentro de los 5 años, pero el régimen de cuatro agentes se asoció con mayores efectos tóxicos.

El rol del agente alquilante temozolomida es menos claro en los gliomas de bajo grado en niños que en los gliomas del adulto, para los cuales es ampliamente utilizado.8 El fármaco estabilizó la enfermedad en niños con gliomas de bajo grado recurrentes en un ensayo de fase 2, aunque la sobrevida libre de progresión fue solo del 17% a los 4 años, y el 70% de los pacientes requirió otros tratamientos después de la temozolomida.16 En otro ensayo de fase 2 que involucró a niños con gliomas de bajo grado recurrentes, la temozolomida fue ineficaz.17

Las alteraciones moleculares han sido objeto del uso de medicamentos que pueden ser más efectivos y menos tóxicos que la quimioterapia convencional.18 Las alteraciones en la vía de señalización descendente de la vía de la proteína quinasa activada por mitógeno del virus del sarcoma de rata (MAPK) han generado considerable atención. Esta vía envía información de la superficie celular para modular la expresión genética para varias funciones celulares, incluyendo

el crecimiento. La mayoría de los gliomas de bajo grado tienen una o más alteraciones en la vía MAPK, incluyendo  mutación o fusión del oncogén BRAF, mutación en NF1, mutación del receptor 1 del factor de crecimiento de fibroblastos y fusiones de la familia del receptor neurotrófico de tirosina quinasa (NTRK).19,20

Alteraciones somáticas de BRAF o alteraciones de la línea germinal de NF1 pueden desempeñar un rol en la tumorigénesis.9 Algunos gliomas de bajo grado tienen alteraciones en BRAF, que codifica una proteína serina–treonina quinasa (BRAF), un regulador descendente de la vía MAPK. Dos alteraciones BRAF frecuentes son una mutación puntual en el oncogén BRAF V600E y la fusión de BRAF y otro gran gen de función desconocida, KIAA1549.21,22

Inhibidores de BRAF (dabrafenib) e inhibidores descendentes de MEK (trametinib y selumetinib) están bajo investigación.2,7 Los niños con gliomas de bajo grado con mutación BRAF, en particular los asociados con deleción homocigota del gen supresor de tumores CDKN2A, tienen una pobre respuesta a la quimiorradioterapia convencional.22,23 La inhibición de BRAF, sin embargo, ha llevado a respuestas iniciales y duraderas,22 y selumetinib fue eficaz en un ensayo de fase 2 que involucró a niños con gliomas de bajo grado asociados con NF1 o BRAF aberrante recurrentes, progresivos o refractarios al tratamiento.24 Estos hallazgos han impulsado ensayos de fase 3 comparando selumetinib con quimioterapia estándar para gliomas de bajo grado recién diagnosticados.

> Astrocitomas pilocíticos

Los astrocitomas más comunes de la infancia son los astrocitomas pilocíticos, que representan alrededor del 20% de los tumores cerebrales en niños, adolescentes, y adultos jóvenes (<20 años de edad).8,25-27 Generalmente son de crecimiento lento y circunscrito, con una sobrevida a 10 años superior al 90%.26,28

La mayoría de estos tumores se localizan en el cerebelo y la región supraselar, pero pueden aparecer en otro lugar.

Aunque los astrocitomas pilocíticos rara vez sufren transformación maligna y generalmente tienen un pronóstico favorable, 20% tienen un mal resultado, con recurrencia local o diseminación.18,25 La fusión KIAA1549-BRAF ocurre en 80 a 90% de los astrocitomas pilocíticos, particularmente en aquellos en la fosa posterior, y pueden asociarse con una mayor sobrevida global.19,25,29

> Gliomas difusos de alto grado de tipo pediátrico

Los gliomas de alto grado de tipo pediátrico representan el 10% de los tumores cerebrales en niños y tienen un pobre pronóstico.30 A pesar de la cirugía y la terapia adyuvante, 70 a 90% de los niños afectados mueren dentro de los 2 años posteriores al diagnóstico.31 El término “glioblastoma multiforme”, el tumor cerebral maligno primario más común en adultos, ha sido reclasificado en la CNS5 de la OMS, con énfasis sobre marcadores moleculares. La nueva clasificación define el glioblastoma estrictamente como un glioma astrocítico tipo salvaje IDH difuso en adultos con alteraciones histológicas o moleculares específicas. Como resultado, el término “glioblastoma” ha sido eliminado del léxico de neoplasias en niños.6

Un avance en la comprensión de los gliomas ha sido la identificación de mutaciones conductoras en la familia de genes de remodelación de la cromatina, histona H3.32,33 En pacientes con gliomas difusos de línea media o hemisféricos, las mutaciones somáticas en la cola de H3 disminuyen la metilación y bloquean la diferenciación glial, promoviendo la gliomagénesis.34

Se han identificado cuatro subtipos de gliomas. El glioma difuso de la línea media es un tumor particularmente letal que afecta a niños pequeños y es irresecable. Un nuevo término, "H3K27-alterado", ha sustituido el término anterior, "Mutante H3K27", ya que se han identificado cambios moleculares adicionales.6 Los tumores por H3K27 alterado incluyen el anteriormente llamado  glioma pontino intrínseco difuso, junto con gliomas agresivos que involucran al tálamo y otras estructuras de la línea media. Estudios de metilación de gliomas difusos de línea media han identificado una mutación puntual sin sentido de histona oncogénica en la histona H3.35,36 Estos tumores se asocian con peor sobrevida que sus contrapartes de tipo salvaje.37 La alteración H3K27 es más predictiva del pronóstico que la clasificación histológica.35

La alteración H3K27 parece ser específica de los gliomas de alto grado difusos de la línea media en niños.38 Un segundo subtipo, el glioma hemisférico difuso, mutación H3G34, surge en los hemisferios cerebrales en niños mayores y adultos jóvenes.35,39,40 Este tumor se asocia con otras alteraciones genéticas, incluyendo la α-talasemia ligada al cromosoma X (ATRX) y mutaciones de la proteína tumoral 53 (TP53) y metilación del promotor O6-metilguanina-DNA metiltransferasa (MGMT).8 Se han identificado mutaciones de histonas en más del 80% de los gliomas de alto grado de la línea media y en más del 40% de los hemisféricos, predominantemente en niños.32,41

Un tercer subtipo es el glioma de alto grado de tipo pediátrico difuso, tipo salvaje H3 y tipo salvaje IDH. Este es un tumor agresivo, que por lo general se encuentra en los hemisferios cerebrales, con un pobre pronóstico.42 El cuarto subtipo, una neoplasia clínicamente distintiva en recién nacidos y lactantes, es el glioma hemisférico de tipo infantil, que a menudo alberga fusiones de genes del receptor de tirosina quinasa, incluidos ALKNTRK1/2/3ROS1 y MET4. Estas alteraciones de la quinasa son potencialmente atacables, y estudios preliminares sugieren un mejor resultado en pacientes con tumores con fusión de quinasa positiva.41,43,44

El tratamiento adyuvante estándar es la irradiación paliativa focal, pero la sobrevida a largo plazo es pobre, con ninguna mejora apreciable en el resultado durante los últimos 50 años. La sobrevida libre de eventos a los 3 años y las tasas de sobrevida general para los niños con gliomas de alto grado son del 10% y 20%, respectivamente.45 El resultado para los gliomas difusos de la línea media pontina es abismal, con una mediana de sobrevida de 4 meses en ausencia de radioterapia y sólo de 8 a 11 meses con radioterapia.46

La terapia dirigida impulsada por mutaciones hasta ahora no ha tenido un efecto sustancial, pero se ha introducido recientemente en la práctica clínica. En general, la quimioterapia sólo ha tenido eficacia limitada en el tratamiento de los gliomas de alto grado en niños. En adultos con gliomas de alto grado, la temozolomida ha mejorado la sobrevida libre de eventos y global, en comparación con la radioterapia sola.45 Este no ha sido el caso en niños.

En un estudio de fase 2, temozolomida no logró mejorar el resultado para los niños con gliomas de alto grado recién diagnosticados. Sin embargo, la sobreexpresión de MGMT afectó negativamente la sobrevida, lo que puede haber causado la falta de respuesta a temozolomida.47 En un esfuerzo por superar la presunta resistencia mediada por MGMT, un estudio de fase 2 agregó lomustina a temozolomida en un régimen de doble alquilador para agotar MGMT y dio lugar a una mejor sobrevida libre de eventos y global, en comparación con temozolomida sola.48

La mutante H3K27 ha sido atacada con el uso de inhibidores de la histona desacetilasa (HDAC). Por ejemplo, panobinostat, utilizado para tratar el mieloma múltiple, ha demostrado eficacia in vitro y en modelos murinos de xenoinjerto ortotópico de gliomas infiltrativos y está siendo evaluado en ensayos clínicos.2,49 Fimepinostat, un inhibidor pan-HDAC y PI3K, está bajo investigación en un ensayo de fase 1 en pacientes con gliomas de alto grado y meduloblastomas recurrentes. Otros tratamientos bajo investigación incluyen inhibidores de puntos de control inmune, terapia de células T con receptor de antígeno quimérico, vacunas contra el cáncer y viroterapia oncolítica.

> Tumores ependimarios

Los ependimomas son el tercer tumor cerebral más común de la infancia, después de los gliomas y meduloblastomas, representando del 5 al 10% de las neoplasias del SNC en niños; 90% son intracraneales, con la mayoría surgiendo en la fosa posterior, y el resto son espinales.50,51

Los tumores ependimarios son un grupo heterogéneo, clasificados en base a características histológicas, características moleculares y localización, con al menos nueve subtipos moleculares.6,52 La antigua clasificación histológica de la OMS no se correlaciona bien con el pronóstico y ha sido modificada.

Los ependimomas todavía se clasifican como grado 1, 2 o 3 según el grado de anaplasia. El subependimoma raro es de grado 1. El ependimoma mixopapilar, una vez considerado grado 1, ahora se clasifica como grado 2, ya que se cree que la probabilidad de recurrencia es similar a la de los ependimomas espinales convencionales.6 Se ha hecho hincapié en las aberraciones moleculares, y el término “ependimoma anaplásico” ya no figura en la lista.

Los ependimomas de grado 2 y 3 son supratentoriales o infratentoriales en localización. Los ependimomas supratentoriales se clasifican en base a dos fusiones moleculares oncogénicas.  La fusión C11orf95-RELA ocurre en el 70% de los casos, causando la activación constitutiva de la vía de señalización del factor nuclear κB.52

La nueva designación del gen C11orf95 es ZFTAZFTA puede fusionarse con más ligandos que solo RELA.6 La otra fusión involucra a YAP1. Comparada con la fusión YAP1, la fusión ZFTA recién nombrada se ha informado que supera a la clasificación histológica en la predicción del curso clínico, confiriendo un peor pronóstico.53 Sin embargo, los pacientes con fusión ZFTA que recibieron radioterapia conformada (con haces adaptados a la forma del tumor) no tuvieron un resultado pobre uniforme, lo que sugiere que la importancia clínica de esta fusión sigue sin estar clara.52,54

Los ependimomas de la fosa posterior se subdividen en base al perfil metilómico en dos subtipos más comunes: ependimomas PFA y PFB. Los primeros ocurren predominantemente en lactantes, se localizan lateralmente, y tienen peor pronóstico que los ependimomas PFB. Los tumores PFA tienen una pérdida relativa del marcador epigenético de trimetilación H3K27 en comparación con los tumores PFB.52,55 El subtipo PFB ocurre en niños mayores y generalmente tiene un mejor pronóstico.56 Sin embargo, no se halló valor pronóstico cuando los niños en los grupos PFA y PFB recibieron radioterapia conformada.54

Los niños con ependimomas no metastásicos se tratan inicialmente con resección máxima segura, seguida de irradiación conformada focal, excepto para los lactantes.2,50,53 No se ha establecido el rol de la quimioterapia pero está bajo investigación. A pesar de los avances en cirugía y radioterapia, el resultado a largo plazo para los ependimomas infantiles sigue siendo pobre, con tasas de sobrevida general y libre de progresión a 10 años del 50% y 30%, respectivamente.50

> Tumores embrionarios del SNC

Los tumores embrionarios también son un grupo heterogéneo de neoplasias malignas del SNC, que afectan principalmente a niños pequeños y representan aproximadamente el 20% de los tumores cerebrales infantiles.57 Estos tumores tienen células azules pequeñas, redondas, densamente agrupadas con citoplasma escaso y grados variables de diferenciación y fueron clasificados inicialmente como tumores neuroepiteliales primitivos (TNEP).1,58

Los que se originan en la fosa posterior fueron llamados meduloblastomas, aquellos en la región pineal se llamaron pineoblastomas, nombres todavía de uso común a pesar de la nueva clasificación, y los que estaban por encima del tentorio fueron llamados TNEP supratentoriales.58,59

El perfil molecular ha llevado a la reclasificación de estos tumores en base a conductores genéticos combinados con características histológicas.29,60 El término general “TNEP” ha sido reemplazado por el término “tumor embrionario del SNC”, subrayando la diferenciación molecular.61 De acuerdo con la CNS5 de la OMS, los dos tipos de tumores embrionarios son los meduloblastomas y otros tumores embrionarios del SNC. La distinción se basa en una taxonomía integrada con fuerte énfasis en el perfil molecular.

> Meduloblastomas

Aunque los gliomas de bajo grado son los tumores cerebrales más comunes de la infancia, los meduloblastomas son los tumores cerebrales malignos más comunes de la niñez.62

Suelen surgir en el cerebelo, y los pacientes presentan signos de aumento de la presión intracraneal o disfunción cerebelosa.

Los meduloblastomas representan más del 60% de los tumores embrionarios infantiles, y 70% ocurren en niños menores de 10 años, afectando más a los niños que a las niñas, aunque la edad y las diferencias de sexo varían según el subtipo de tumor.3,63,64 Un tercio de los casos surgen en niños menores de 3 años.65

Factores asociados con un mal resultado para los niños con meduloblastoma incluyen tamaño grande, enfermedad diseminada en la presentación, menor edad (<3 años), y tumor residual de más de 1,5 cm2 en la imagen postoperatoria.62

Las clasificaciones morfológicas previas identificaron cuatro subtipos: meduloblastoma clásico, meduloblastoma anaplásico de células grandes, meduloblastoma desmoplásico-nodular y meduloblastoma con extensa nodularidad.61 Las dos últimas variantes histológicas tienen un pronóstico más favorable que las dos primeras.65

El sistema CNS5 ahora reconoce dos tipos de meduloblastoma: meduloblastoma molecularmente definido y meduloblastoma histológicamente definido. La categoría de meduloblastoma molecularmente definido contiene cuatro subtipos, cada uno con perfiles metilómicos y transcriptómicos únicos y comportamiento clínico distintivo. Los análisis genéticos han identificado subcategorías de los subtipos y sugieren nuevas estrategias de tratamiento.49

• Meduloblastomas con activación de WNT

El subtipo con activación de WNT representa el 10% de todos los meduloblastomas, afectando a niños y niñas por igual y ocurriendo en niños mayores o adolescentes. Los tumores se ubican en la línea media del cerebelo y a veces involucran los pedúnculos y el tronco encefálico.

Los meduloblastomas WNT tienen características histológicas clásicas y se asocian frecuentemente con la acumulación de β-catenina, codificada por CTNNB1. La mutación de CTNNB1 está presente en el 90% de los casos y provoca la acumulación de β-catenina nuclear, que impulsa la oncogénesis.5,61,63,66,67

Estos tumores tienen muy buen pronóstico, con una tasa de sobrevida libre de eventos a 10 años superior al 95%.68

Presentan una vasculatura fenestrada aberrante impulsada por niveles excesivos de mutantes de β-catenina, que altera la barrera hematoencefálica y permite el acceso para la quimioterapia. Esta característica de los tumores WNT puede explicar por qué algunos pacientes presentan hemorragia.69,70 Debido a que los tumores WNT se asocian con buena sobrevida, están siendo investigadas estrategias de tratamiento para la reducción de la radioterapia y quimioterapia.2,49,66,71

• Meduloblastomas con activación de SHH

Los meduloblastomas con activación de SHH representan el 30% de los meduloblastomas y tienen una distribución igual de sexos, afectando a niños pequeños y adultos jóvenes. Normalmente se localizan en los hemisferios cerebelosos y se cree que surgen de precursores en la capa de células granulares externa del cerebelo.

En contraste con los meduloblastomas WNT, los meduloblastomas SHH tienen una heterogeneidad biológica y clínicamente más relevante. Ellos comúnmente surgen de alteraciones somáticas o de la línea germinal en la vía de señalización SHH–PTCH–SMO–GLI, que incluyen deleciones o mutaciones con pérdida de función en el gen supresor de tumores PTCH1 (43% de los casos), mutaciones activadoras en el proto-oncogén SMO (9%) y amplificaciones en los oncogenes GLI1 y GLI2 (9%).66,68,69

Los meduloblastomas SHH se han estratificado según la presencia o ausencia del gen supresor de tumores TP53. Las mutaciones de TP53 (que ocurren en el 9% de los casos) actúan como impulsores de la tumorigénesis y auguran un mal pronóstico, mientras que las mutaciones de TP53 en los tumores WNT no afectan el resultado.66,72

Mutaciones del promotor TERT, que afectan el mantenimiento estructural de los telómeros, ocurren en el 40% de los meduloblastomas SHH y están presentes en casi todos los casos en adultos.67 La estratificación molecular de los meduloblastomas SHH ha llevado a ensayos clínicos de terapias dirigidas. Un ejemplo es el uso de los nuevos inhibidores de SMO, vismodegib y sonidegib, para meduloblastomas SHH refractarios o recidivantes.1,2,5,68,69,73

• Meduloblastomas no WNT, no SHH

En la nomenclatura actual, el subtipo no-WNT, no-SHH incluye los meduloblastomas del grupo 3 y el grupo 4. A diferencia de los meduloblastomas WNT y SHH, estos tumores afectan más a los niños que a las niñas y es más probable que tengan metástasis en el momento de la presentación. Se localizan en la línea media del cerebelo y por lo general tienen características histológicas clásicas o anaplásicas de células grandes.5 No se han identificado mutaciones conductoras subyacentes.63

Los tumores del grupo 3 representan el 25% de los meduloblastomas, ocurren en bebés y niños, y tienen el peor pronóstico, con una tasa de sobrevida global del 50% a los 5 años.68 Las anomalías citogenéticas son comunes, incluyendo el isocromosoma (imagen en espejo) 17q en casi la mitad de los casos.1,66,67

Para niños pequeños (<3 años), se han administrado nuevos tratamientos después de la resección quirúrgica, incluyendo quimioterapia a dosis altas con rescate autólogo de células madre y otros regímenes adaptativos al riesgo para retrasar la irradiación y evitar la mieloablación.5

Los tumores del grupo 4 son los más comunes, representando el 35% de todos los meduloblastomas.2 Ocurren en niños mayores y adolescentes y tienen un pronóstico intermedio, con una tasa de sobrevida global a 5 años del 70%.5

Las alteraciones genéticas incluyen amplificaciones en el oncogén MYCN (en el 6% de los casos) y en CDK6 (en 5 a 10% de los casos).1,24 Como los meduloblastomas del grupo 3, estos tumores tienen varias aberraciones cromosómicas, con el isocromosoma 17q presente en el 80% de los casos.68

Se han dividido en un grupo de alto riesgo enriquecido para el isocromosoma 17q, con una tasa de sobrevida general a 10 años del 36%, y un grupo de bajo riesgo con pérdida del cromosoma 11 y amplificación de MYCN, con una tasa de sobrevida global a 10 años del 72%, el doble que el grupo de alto riesgo.66,72

El manejo de los meduloblastomas consiste en la máxima resección segura seguida de radiación craneoespinal y quimioterapia.5 Investigaciones actuales se centran en la desescalada del tratamiento para meduloblastomas WNT para reducir los efectos tóxicos de la radiación craneoespinal y la quimioterapia, terapia dirigida a SMO y su vía descendente para meduloblastomas SHH, y tratamientos ajustados al riesgo para los subtipos de meduloblastomas no WNT, no SHH, de los grupos 3 y 4.5,66

> Otros tumores embrionarios del SNC

La categoría de otros tumores embrionarios del SNC se divide en subtipos. Estos incluyen tumores teratoides-rabdoides atípicos; tumores embrionarios con rosetas multicapa; neuroblastomas del SNC, activados por FOXR2; y tumores del SNC con  duplicación interna en tándem de BCOR.

Resumen

La secuenciación del genoma y el perfil de metilomas de ADN han alterado en gran medida la categorización de los tumores cerebrales en niños. Aunque el pronóstico para los tumores seleccionados ha mejorado como resultado de refinamientos en el tratamiento quirúrgico y adyuvante, las perspectivas de diagnóstico molecular hasta ahora solo han proporcionado avances terapéuticos limitados. Sin embargo, hay motivos para esperar que la terapia dirigida mejore el resultado en los tumores intratables y mitigue los efectos adversos del tratamiento.

Comentario

  • Los tumores cerebrales son las neoplasias sólidas más frecuentes y la principal causa de muerte por cáncer en niños.
     
  • Los avances diagnósticos y terapéuticos recientes han llevado a una mejora en la sobrevida y la calidad de vida de los niños con tumores del SNC, aunque el pronóstico en muchos casos sigue siendo pobre, con secuelas a largo plazo por el tratamiento.
     
  • Se espera que los avances en el diagnóstico molecular y las terapias dirigidas mejoren los resultados con menores efectos adversos.

Resumen y comentario objetivo: Dra. María Eugenia Noguerol

jueves, 13 de junio de 2024

Migraña

 Autor/a: Messoud Ashina N Engl J Med 2020;383:1866-76

Introducción

La migraña es un trastorno neurológico ubicuo que se estima afecta a aproximadamente mil millones de personas en todo el mundo, predominantemente mujeres.1 Según el Estudio de Carga Mundial de Enfermedades del 2016, la migraña es la segunda causa principal de discapacidad y representa más discapacidad que todos los otros trastornos neurológicos combinados.2

El diagnóstico se basa en criterios clínicos proporcionados por la Clasificación Internacional de Trastornos de Cefalea, 3a edición (International Classification of Headache Disorders, 3rd editionICHD-3).3

Las características clínicas generales que sugieren migraña son los ataques recurrentes de cefalea con dolor de intensidad moderada a severa, con una duración de 4 a 72 horas.3 Se debe considerar el diagnóstico de migraña si un ataque típico de cefalea es unilateral, pulsátil y agravado por la actividad física.3

Los síntomas comunes que lo acompañan son náuseas, vómitos, fotofobia y fonofobia.3

Algunas personas informan que la migraña está precedida por un aura, que se caracteriza por síntomas neurológicos focales reversibles, que generalmente comprenden alteraciones visuales o hemisensoriales.3

Aunque la patogenia de la migraña no se comprende completamente, se considera que involucra al nervio trigémino y sus proyecciones axonales a la vasculatura intracraneal (denominado sistema trigémino-vascular).4 Las señales nociceptivas del sistema trigémino-vascular se transmiten a áreas en el cerebro que producen la percepción del dolor de la migraña.4

Se ha avanzado más en la comprensión de la patogenia con la identificación de moléculas de señalización que están involucradas en la génesis del ataque de migraña. Este avance ha facilitado el desarrollo de terapias basadas en mecanismos para la migraña.5

Esta revisión describe la comprensión actual de la patogenia de la migraña, que se basa predominantemente en datos clínicos publicados en los últimos 10 años, y describe las prácticas recomendadas para el tratamiento de la migraña aguda y para el tratamiento preventivo de la migraña, destacando los medicamentos que han sido aprobados recientemente.

Epidemiología

La migraña es el segundo trastorno neurológico más prevalente (después de la cefalea de tipo tensional), con una proporción de mujeres a hombres de 3:1 y una prevalencia anual estimada de aproximadamente el 15% en la población general.1

La prevalencia alcanza su punto máximo entre las edades de 35 y 39 años, y alrededor del 75% de las personas afectadas informan la aparición de migraña antes de los 35 años.1,6

La migraña también afecta a una proporción considerable de niños, con un estudio basado en población que muestra una prevalencia anual de alrededor del 7% entre los niños en edad escolar.7

Dado que el trastorno tiende a remitir con la mayor edad, la aparición de migraña después de los 50 años debería despertar sospechas de un trastorno de cefalea secundaria.1,8

Diagnóstico

La ICHD-3 proporciona criterios diagnósticos para las tres categorías principales de migraña: migraña sin aura, migraña con aura y migraña crónica (Tabla 1).3 La migraña con aura generalmente implica centelleos visuales y escotomas y, con menos frecuencia, propagación de síntomas hemisensoriales o disfunción del habla; estos síntomas neurológicos focales reversibles se desarrollan gradualmente durante un período de 5 a 60 minutos.3

La fase de aura de la migraña suele seguirse de cefalea dentro de los 60 minutos, aunque los síntomas del aura pueden ocurrir durante o en ausencia de una cefalea posterior.3

El diagnóstico debe incluir un examen físico, aunque generalmente no hay hallazgos anormales. El diagnóstico diferencial de la migraña incluye otros trastornos primarios de cefalea, principalmente cefalea de tipo tensional y algunos trastornos de cefalea secundarios, como el dolor de cabeza postraumático.3

Las características sugestivas de un trastorno de cefalea secundario incluyen traumatismo craneoencefálico reciente, cefalea que empeora progresivamente y cefalea en trueno (inicio repentino de un dolor de cabeza extremadamente severo). Los signos de alarma al examen físico que requieren considerar diagnósticos distintos de la migraña son fiebre, rigidez del cuello y pérdida de peso.8

Características genéticas

Es común tener antecedentes familiares de migraña, con una heredabilidad estimada en aproximadamente 42%.9 En un meta-análisis de asociación de genoma completo, se identificaron 38 loci de susceptibilidad para la migraña, y se enriquecieron las variantes de riesgo en genes relacionados con el músculo liso vascular y visceral.10

Estos hallazgos son intrigantes porque la participación vascular en la patogenia de la migraña ha sido debatida a lo largo de los años.11 En otro análisis, los hallazgos también sugirieron el enriquecimiento neuronal de marcadores genéticos.12

En resumen, los estudios genéticos han demostrado que el riesgo de migraña es poligénico, con raras excepciones de síndromes monogénicos relacionados con la migraña como la migraña hemipléjica familiar.

Patogénesis

El sistema trigémino-vascular se considera el sustrato anatómico y fisiológico a partir del cual se origina la transmisión nociceptiva y se produce la percepción del dolor migrañoso.4

En 1984, Moskowitz propuso que el inicio de la migraña depende de la activación y sensibilización de neuronas trigémino-vasculares de primer orden.

Las fibras aferentes de estas neuronas inervan las meninges y sus vasos y también se proyectan a estructuras en el sistema nervioso central.21 La activación de estas neuronas libera péptidos vasoactivos e induce reacciones inflamatorias locales.21

Este proceso, a su vez, sensibiliza y descarga neuronas de segundo orden en el tronco encefálico y luego neuronas de tercer orden en el tálamo,4 hasta que finalmente los impulsos nociceptivos alcanzan el área somatosensorial y otras áreas corticales que están involucradas en la percepción del dolor.4

Los mecanismos que inician un ataque de migraña no están claros. Alguna evidencia favorece un origen periférico a nivel de las vías aferentes trigeminales perivasculares,4,11 mientras que otros datos sugieren que la génesis es más probable dentro del sistema nervioso central, implicando la disfunción de neuronas en el tronco encefálico y el diencéfalo.4,11

Un rasgo inherente de la migraña es su naturaleza recurrente. Los pacientes a menudo describen factores que perciben como desencadenantes de sus ataques de migraña (ej., estrés, trastornos del sueño, determinados alimentos, ayuno).22 Sin embargo, las evaluaciones retrospectivas se ven limitadas por el sesgo de recuerdo y la falsa atribución.23

La alta frecuencia de atribución errónea a los desencadenantes está respaldada por un estudio destinado a inducir ataques de migraña mediante la exposición de pacientes con antecedentes de migraña con aura a los desencadenantes autopercibidos.24

Solo 3 de 27 pacientes tuvieron ataques de migraña después de la exposición a su desencadenante personal, sugiriendo, contrario a la creencia popular, que el papel de estos desencadenantes es limitado.

Modelos clínicos de migraña

Las moléculas de señalización implicadas en la génesis de un ataque de migraña se han identificado en modelos clínicos.5 Estas moléculas, que son potentes vasodilatadores y están ampliamente distribuidas en el sistema trigémino-vascular, incluyen el péptido relacionado con el gen de la calcitonina (PRGC), el péptido activador de adenilato ciclasa pituitaria 38 (PAACP-38), y el óxido nítrico.5 Para determinar si estas y otras moléculas tienen un papel en la patogenia de la migraña, el autor y sus colegas se las administraron a pacientes con migraña y a voluntarios sanos.5

Tres décadas de estudios utilizando este modelo han establecido que los ataques de migraña se desarrollan en pacientes con migraña cuando están expuestos a estas moléculas, mientras que las personas sanas informan una cefalea leve o nada. Por ejemplo, la infusión intravenosa de trinitrato de glicerilo (TNG) donante de óxido nítrico indujo ataques en el 80% de los pacientes con migraña, la infusión de PRGC en el 57% y la infusión de PAACP-38 en el 58%.13-15

Además, los fármacos que bloquean la degradación del guanosín monofosfato cíclico (GMPc) y del adenosin monofosfato cíclico (AMPc) indujeron ataques de migraña en más del 80% de los pacientes con migraña.16,17

La observación de que el TNG causa un aumento del GMPc intracelular y que el PRGC y el PAACP-38 causan un aumento del AMPc5 intracelular ha llevado a la especulación de que estos son mecanismos neuroquímicos unificadores que incitan a la migraña. Hay evidencia preclínica de que la activación de las vías mediadas por AMPc y GMPc resulta en la apertura de canales de potasio sensibles al ATP (KATP).18,19

Estos hallazgos han llevado a la hipótesis de que la modulación de la transmisión nociceptiva por los canales iónicos, principalmente los canales de potasio, puede ser una vía final común en la génesis de un ataque de migraña.20 Esta hipótesis ha sido apoyada por la observación de que los ataques se desarrollaron en todos los pacientes con migraña después de una infusión intravenosa del abridor de canales KATP levcromakalim.20

Explicar los hallazgos de los modelos clínicos de migraña en el marco del sistema trigémino-vascular ha sido un desafío.21 Es posible que durante un ataque de migraña, los canales KATP se abran en las células del músculo liso vascular de las paredes de las arterias intracraneales,25 provocando vasodilatación.26,27

Esto, a su vez, activa los aferentes primarios trigeminales perivasculares, generando impulsos nociceptivos que se transmiten a regiones cerebrales corticales y subcorticales a través de vías del dolor trigeminales ascendentes y finalmente resulta en la percepción del dolor de la migraña.4

Esta línea de razonamiento enfatiza que las elevaciones de los niveles extracelulares de iones cargados positivamente, tal vez no exclusivamente potasio, pueden activar y sensibilizar los aferentes primarios trigeminales perivasculares. La actividad moduladora de los canales iónicos ha sido descripta en otros trastornos de dolor paroxístico, como el síndrome de dolor episódico familiar.28,29

Perspectivas de modelos clínicos de migraña y datos pre clínicos de apoyo también han proporcionado una base para el desarrollo de terapias dirigidas. No todas han resultado eficaces para el tratamiento de la migraña, y algunas solo proporcionan beneficios terapéuticos modestos, hallazgos que subrayan los complejos fundamentos biológicos del trastorno.

Por ejemplo, la evidencia inicial de un pequeño ensayo clínico aleatorizado mostró que apuntar a la señalización del óxido nítrico a través de la inhibición no selectiva de la óxido nítrico sintetasa (ONS) fue prometedor como tratamiento para la migraña.30

Sin embargo, la inhibición selectiva de la ONS inducible (una de las tres isoformas) no fue beneficiosa en ensayos más amplios.31,32 Se desconoce si otras isoformas de ONS (ONS endotelial y neuronal) podrían ser eficaces para el tratamiento inicial o preventivo.

Los modelos clínicos de migraña también han generado el desarrollo de fármacos dirigidos al PRGC o su receptor.4 Tres pequeños antagonistas del receptor han resultado beneficiosos para el tratamiento inicial de la migraña y cuatro anticuerpos monoclonales dirigidos contra el PRGC o su receptor han demostrado ser eficaces para la prevención de la misma.

Estas drogas y su integración en el manejo clínico de la migraña se describen a continuación. También se han desarrollado fármacos dirigidos al PAACP-38 o al receptor del polipéptido activador de adenilato ciclasa tipo I (PAC1) hipofisario para la prevención de la migraña.33,34

Un anticuerpo monoclonal del receptor PAC1 fracasó en un estudio de prueba de concepto,33 mientras que otro anticuerpo monoclonal, diseñado para apuntar al PAACP, se encuentra en una etapa temprana de desarrollo.34

Fase de aura de la migraña

Se cree que la base fisiológica de la fase de aura de la migraña es una depresión de propagación cortical, una ola de despolarización auto-propagada a través de la corteza cerebral que interrumpe gradientes iónicos y es seguida por hipoperfusión cerebral.35

Se han documentado cambios hemodinámicos que acompañan a la depresión de propagación cortical en neuroimágenes de pacientes con migraña con aura, mientras que no se han encontrado cambios en pacientes con migraña sin aura.36

Una pregunta fundamental sobre la patogenia de la migraña se refiere a los mecanismos subyacentes de activación del sistema trigémino-vascular a través de la propagación de la depresión cortical, que conduce a la fase de cefalea de la migraña con aura.4,35 En una posible cascada de eventos, la propagación de la depresión abre transitoriamente los canales de pannexina-1 neuronales,37 lo que resulta en la liberación de mediadores inflamatorios (por ejemplo, óxido nítrico y prostanoides) que son dilatadores de las arterias intracraneales.5

Se supone que estos procesos activan y sensibilizan a las vías aferentes primarias del trigémino que terminan en el espacio perivascular de las arterias intracraneales.38 De esta manera, la propagación de la depresión activa y sensibiliza las vías aferentes primarias trigeminales perivasculares que son responsables de la transmisión de impulsos nociceptivos, que se procesan posteriormente en áreas corticales, dando la percepción del dolor de migraña.

Tratamiento

El tratamiento clínico de la migraña debería idealmente ser iniciado y mantenido por médicos de atención primaria, con derivación al especialista ante casos difíciles de diagnosticar o que no responden al tratamiento.8 La terapia farmacológica, el pilar del tratamiento, incluye medicamentos iniciales y preventivos, con terapias no farmacológicas utilizadas como complementos de la medicación.8

Las terapias no farmacológicas pueden utilizarse como tratamiento preventivo independiente en el caso de pacientes en los que es mejor evitar el uso de medicamentos, por ejemplo, mujeres embarazadas.8,39

Existe evidencia modesta del beneficio de los dispositivos neuromoduladores no invasivos, las terapias bioconductuales y la acupuntura,40-42 mientras que hay poca o ninguna evidencia en apoyo de la fisioterapia, la manipulación quiropráctica o los enfoques dietéticos para el tratamiento de la migraña en adultos.43-45

Tratamiento temprano

Como principio general, los medicamentos utilizados en la práctica clínica para aliviar o eliminar el dolor de la migraña deben administrarse temprano en la fase de cefalea de un ataque (es decir, cuando el dolor de cabeza todavía es leve).8 Los medicamentos iniciales más utilizados para la migraña son los antiinflamatorios no esteroides (AINE),45 que son analgésicos de venta libre y de bajo costo.

La eficacia ha sido mejor documentada para el ácido acetilsalicílico, el ibuprofeno y el diclofenac.46-48 Los triptanos se consideran medicamentos de segunda línea, y en pacientes para quienes un triptano oral es ineficaz, otros de la misma clase de droga pueden proporcionar un alivio adecuado del dolor.55

A la fecha, siete triptanos orales (almotriptán, eletriptán, frovatriptán, naratriptán, rizatriptán, sumatriptán, y zolmitriptán) están disponibles para uso clínico. Se aconseja a los pacientes que cambien de un triptano a otro si se han producido tres ataques de migraña tratados sin éxito.Si el tratamiento con un triptano oral proporciona algo de alivio del dolor pero inadecuado, los médicos pueden recomendar la combinación de un triptano oral con un AINE de acción rápida (por ejemplo, sumatriptán y naproxeno sódico).49

El sumatriptán subcutáneo es el método de dosificación más eficaz en base a la proporción de pacientes que informan estar libres de dolor 2 horas después del tratamiento, pero su uso es limitado porque cuesta más y se consigue mucho menos que los triptanos orales. Por lo tanto, el sumatriptán subcutáneo se ofrece por primera vez cuando un paciente ha tenido un alivio inadecuado del dolor con los triptanos orales.50

Se puede hacer una excepción para los pacientes que no pueden ingerir triptanos orales por vómitos o una cefalea que se exacerba rápidamente. Los médicos deben ser conscientes del riesgo de cefalea por abuso de medicamentos, que es la condición de dolor de cabeza o aumento de la frecuencia del dolor resultante del uso excesivo regular de medicamentos para la migraña por pacientes que tienen cefalea al menos 15 días por mes.3,56 La discontinuación del uso excesivo de medicación y el inicio del tratamiento preventivo son las conductas necesarias en tales casos.56

Ha habido un cauteloso entusiasmo por los antagonistas del receptor de PRGC de molécula pequeña, llamados gepantes, y los agonistas del receptor de 5-hidroxitriptamina tipo 1F (5-HT1F), llamados ditanes, en el tratamiento de la migraña aguda.51-54 La Administración de Alimentos y Drogas (FDA) ha aprobado los siguientes gepantes y ditanes orales para el tratamiento de la migraña aguda: ubrogepant, rimegepant y lasmiditán.

En la actualidad, los altos costos y la disponibilidad restrictiva de los gepantes y ditanes probablemente limita su uso a pacientes para los que los AINEs y los triptanos son ineficaces, tienen perfiles de efectos secundarios inaceptables, o están contraindicados. Lasmiditán se asocia con dificultades para el manejo y con una incapacidad para evaluar la propia competencia de conducción.57

En consecuencia, debido a que se aconseja a los pacientes que no conduzcan un vehículo de motor u operen maquinaria por al menos 8 horas después de la ingesta,57 el amplio uso de lasmiditán puede verse limitado. Las guías de consenso desaconsejan el uso de opioides y barbitúricos en el tratamiento de la migraña debido al riesgo de efectos adversos y dependencia.8,58

Tratamiento preventivo

La migraña es un trastorno recurrente, y el manejo a largo plazo puede requerir tratamiento preventivo. El objetivo es reducir la frecuencia, duración o gravedad de los ataques más que curar la migraña.8 Los médicos pueden transmitir dicha información a los pacientes para llegar a un acuerdo sobre objetivos de tratamiento realistas.

El asesoramiento sobre cuando el tratamiento preventivo debe ser iniciado en el curso de una trayectoria de migraña de un paciente individual varía entre países, pero dicho tratamiento se recomienda generalmente para pacientes que tienen al menos dos días de migraña por mes y cuyas vidas se ven afectadas negativamente a pesar de la terapia.8

El uso no indicado de ciertas terapias se ha vuelto común debido al número limitado de medicamentos preventivos aprobados.59

Las clases de fármacos más utilizadas son los agentes antihipertensivos (por ejemplo, beta bloqueantes y candesartán), antidepresivos (por ejemplo, amitriptilina), anticonvulsivantes (por ejemplo, topiramato y valproato de sodio) y bloqueantes de canales de calcio (flunarizina).45 Para la migraña crónica, se ha documentado la eficacia basada en evidencia del topiramato y onabotulinumtoxina A (Botox).60,61

Se han introducido recientemente nuevos tratamientos preventivos basados en mecanismos. Estos incluyen cuatro anticuerpos monoclonales inyectables dirigidos contra el PRGC o su receptor (eptinezumab, erenumab, fremanezumab, y galcanezumab), que han demostrado efectividad en ensayos aleatorios para el tratamiento preventivo de la migraña episódica y crónica.62-71

Estos medicamentos tienen un rápido inicio de efecto y dan lugar a pocos eventos adversos, siendo los más comunes las reacciones en el sitio de inyección y el dolor.62 Erenumab, fremanezumab y galcanezumab también ha demostrado ser beneficiosos en pacientes que no responden a otras clases de medicamentos preventivos.62

En un estudio de extensión de etiqueta abierta de 5 años, erenumab continuó siendo seguro en pacientes con migraña episódica,63 aunque se necesitan más datos para confirmar estos hallazgos y evaluar la seguridad a largo plazo de todos los agentes de esta clase. Los agentes no han sido comparados con los medicamentos preventivos orales de uso común enumerados anteriormente, que son menos costosos y más accesibles.

La experiencia clínica sugiere que se puede evaluar la respuesta al tratamiento y se puede considerar la sustitución por otro medicamento después de aproximadamente 2 a 3 meses para los medicamentos preventivos orales, después de 3 a 6 meses para los anticuerpos monoclonales dirigidos a CGRP o su receptor, y después de 6 a 9 meses para onabotulinumtoxina A.

Algoritmo de tratamiento y directrices

Un algoritmo de tratamiento propuesto para el manejo clínico de la migraña que puede apoyar la toma de decisiones se muestra en la Figura 1. Organizaciones profesionales han publicado guías para el manejo clínico de la migraña, incluyendo la Sociedad Americana de Cefaleas y la Federación Europea de Cefaleas.36,54,57

Migraña en niños y adolescentes

Las estrategias de manejo clínico para la migraña en niños y adolescentes difieren algo de las estrategias de manejo en adultos y pueden requerir la participación de miembros de la familia.

Cuando un médico determina que es necesaria medicación para la migraña en un niño, el ibuprofeno se considera el fármaco inicial de elección.74,75 Si el ibuprofeno es ineficaz, puede probarse con triptanos orales y con la combinación de sumatriptán y naproxeno sódico.74,75

Hay menos evidencia que respalde el uso de medicamentos preventivos, como topiramato, amitriptilina y propanolol en niños y adolescentes. En un ensayo controlado con placebo, el topiramato y la amitriptilina no fueron superiores al placebo para la prevención de la migraña en pacientes de 8 a 17 años de edad.76

Los niños y adolescentes pueden beneficiarse con las terapias bioconductuales, como la biorretroalimentación, la relajación y la terapia cognitiva conductual.74 Se ha publicado una revisión de las estrategias de tratamiento para niños y adolescentes.74

Conclusiones

La comprensión de los mecanismos subyacentes a la migraña ha evolucionado durante la última década, con nuevos conocimientos sobre su patogenia y el desarrollo de terapias basadas en mecanismos, pero continúa las dudas sobre estos mecanismos y ciertos medicamentos.

Estas incertidumbres incluyen el origen exacto del dolor de migraña, el mecanismo subyacente a la naturaleza paroxística y las características de la migraña, y el sitio exacto y modo de acción de los medicamentos específicos para la misma. Se necesita un esfuerzo para encontrar nuevos objetivos farmacológicos y desarrollar biomarcadores que puedan predecir qué pacientes tendrán una respuesta a cada terapia dirigida.

Tabla 1. Criterios diagnósticos para la migraña sin aura, la migraña con aura y la migraña crónica*

Tipo de migraña

Criterios diagnósticos

Migraña sin aura

Al menos cinco ataques que cumplen los siguientes cuatro criterios:

Cefalea que dura de 4 a 72 horas (cuando no se trata o no se trata con éxito)

Cefalea con al menos dos de las siguientes cuatro características:

Ubicación unilateral

Calidad pulsante

Intensidad de dolor moderada o severa

Agravación al realizar o evitar la actividad física de rutina (por ejemplo, caminar o subir escaleras)

Cefalea acompañada de al menos uno de los siguientes

síntomas:

Náuseas, vómitos o ambos

Fotofobia y fonofobia

No se explica mejor por otro diagnóstico de ICHD-3

Migraña con aura

Al menos dos ataques que cumplen los siguientes tres criterios:

Una o más de los siguientes síntomas de aura completamente reversibles:

  Visual

  Sensorial

  Habla, lenguaje o ambos

  Motor

  Tronco encefálico

  De retina

Al menos tres de las siguientes seis características:

Al menos un síntoma de aura se extiende gradualmente por un período ≥ 5 minutos

Dos o más síntomas de aura que ocurren en sucesión

Cada síntoma del aura dura entre 5 y 60 minutos

Al menos un síntoma de aura unilateral

Al menos un síntoma de aura positivo

Cefalea que acompaña al aura o que sigue al aura dentro de los 60 minutos

No se explica mejor por otro diagnóstico de ICHD-3

Migraña crónica

Cefaleas (indicativas de migraña o cefalea tensional) en ≥ 15 días/ mes durante > 3 meses que cumplen los siguientes criterios:

Ocurriendo en un paciente que ha tenido al menos cinco ataques

que cumplen los criterios de migraña sin aura o los criterios para migraña con aura o ambos

En ≥ 8 días/mes durante > 3 meses, características de migraña

sin aura o de migraña con aura o que el paciente cree que es migraña al inicio y que se alivia con un triptano o derivado del cornezuelo de centeno.

No se explica mejor por otro diagnóstico de ICHD-3

*Criterios diagnósticos de la Clasificación Internacional de Trastornos de Cefalea, 3a edición (ICHD-3).3

Figura 1. Algoritmo de tratamiento propuesto para el manejo clínico de la migraña.

Los antiinflamatorios no esteroides (AINEs) deben considerarse medicamentos de primera línea para el tratamiento de los ataques de migraña. Para los pacientes en quienes los AINEs no proporcionan un alivio del dolor o éste es insuficiente, se les debe ofrecer un triptano oral. Si un triptano oral no proporciona alivio del dolor, deben ofrecerse otros triptanos.

Se debe ofrecer una terapia combinada con naproxeno sódico a los pacientes que tienen un alivio inadecuado del dolor con un triptano. Idealmente, los médicos deberían ofrecer primero sumatriptán subcutáneo cuando un paciente no ha tenido un alivio adecuado del dolor con todos los triptanos orales.

Sin embargo, el sumatriptán subcutáneo se puede probar en una etapa más temprana si los triptanos orales no se pueden ingerir debido a los vómitos o si la intensidad de la cefalea alcanza su punto máximo rápidamente. Se pueden considerar ditanes y gepantes para pacientes en los que los AINEs y todos los triptanos disponibles son ineficaces, tienen perfiles de efectos secundarios inaceptables o están contraindicados.

La decisión sobre cuándo sustituir un triptán por un gepant o ditán puede diferir entre países y debe realizarse de acuerdo con las guías de práctica local. Se pueden ofrecer agentes antieméticos como terapia complementaria en pacientes con ataques acompañados de náuseas o vómitos. El inicio del tratamiento preventivo depende de las guías de práctica local, pero en general, debe considerarse para pacientes que tienen al menos 2 días de migraña por mes y se ven afectados negativamente a pesar del tratamiento.

Comentario

La migraña es un trastorno neurológico frecuente que afecta a millones de personas en todo el mundo, predominantemente mujeres, y es una causa importante de discapacidad.

Aunque su patogenia no se comprende completamente, se ha avanzado en la identificación de moléculas de señalización que están involucradas en la génesis del ataque de migraña, lo que ha facilitado el desarrollo de terapias basadas en mecanismos.

Si bien esta revisión describe la comprensión actual sobre la génesis y las características de la migraña y las prácticas recomendadas para el tratamiento agudo y preventivo de la misma, se requieren nuevas investigaciones para dilucidar completamente los mecanismos subyacentes y ayudar así a desarrollar terapias dirigidas cada vez más efectivas.


Resumen y comentario objetivo: Dra. María Eugenia Noguerol