jueves, 30 de agosto de 2018

Mielinòlisis central pontina tras transplante hepatica

Mielinólisis central pontina tras trasplante hepático
Cir Esp 2006;80:411-2 - DOI: 10.1016/S0009-739X(06)70999-X
Sr. Director:
La mielinólisis central pontina (MCP) es una complicación neurológica infrecuente, de etiología desconocida1, que puede suceder tras trasplante hepático (TH)1-3. Presentamos 2 casos.
Caso 1. Mujer de 64 años, afectada de cirrosis criptogenética, B7, MELD 13. Presentó episodios de encefalopatía grado I pretrasplante. Se realizó TH con transfusión de 2 concentrados de hematíes y 500 ml de plasma. En el postoperatorio se corrigió hiponatremia lentamente. En el octavo día postoperatorio la paciente presenta deterioro progresivo de la función respiratoria y neurológica que obligan a la reintubación, fracaso renal e hiponatremia. La paciente abre los ojos, pero no responde a la llamada ni a estímulos nociceptivos, ni tiene reflejo de amenaza. En el electroencefalograma (EEG) se observa un trazado difusamente enlentecido, sin potenciales evocados en el hemisferio izquierdo, y de baja amplitud e incrementados en su latencia (20) en el derecho. La tomografía computarizada (TC) craneal fue normal. En la resonancia magnética (RM) se detecta desmielinización troncoencefálica compatible con MCP (fig. 1). Se establece coma vígil con hipotonía y reflejos de tronco conservados pero débiles, compatible con síndrome seudobulbar, y tetraparesia flácida. Posteriormente presenta una infección respiratoria por Acinetobacter y citomegalovirus. A los 69 días postrasplante la paciente falleció.
Fig. 1. Resonancia magnética cerebral en la que se muestra tridente en el centropontino.
Caso 2. Varón de 55 años, afectado de cirrosis por el virus de la hepatits C y hepatocarcinoma, B8, MELD 18, sin episodios de encefalopatía pretrasplante. Se realizó TH con requerimientos transfusionales elevados. En el postoperatorio inmediato no precisó corrección de sodio. En el noveno día inició agitación nocturna, desorientación temporoespacial, trastorno del lenguaje, bradipsiquia y bradicinesia. Se realizó RM craneal y se detectó desmielinización troncoencefálica compatible con MCP. El EEG descartó encefalopatía metabólica. El cuadro progresa con disfagia, paraparesia e hiperreflexia. Se inicia tratamiento rehabilitador y nutrición por sonda enteral. Se observa mejoría progresiva de la disartria y de la movilidad, pero sin recuperación neurológica completa a los 6 meses postrasplante.
La MCP puede presentarse tras la realización de TH1,4. Se caracteriza por la pérdida simétrica de mielina del centro del puente2,4. Algunos pacientes con MCP se recuperan, lo que implica edema neuronal e intramielínico, más que desmielinización3. La incidencia de MCP en autopsias es superior (5-15%) a la diagnosticada clínicamente (1,3-3,5%)1-5, posiblemente por existir MCP paucisintomáticas.
Su etiología es desconocida. Se postula que puede deberse a correcciones bruscas del sodio o a la osmolaridad sérica. Otros factores implicados son: hipercolesterolemia, altos valores de anticalcineurínicos, hipomagnesemia, etc.1-4. La MCP también afecta a alcohólicos malnutridos no trasplantados3.
Los pacientes trasplantados de hígado son más susceptibles a MCP por: a) deficiencia en mioinositol cerebral, protector cerebral ante cambios séricos rápidos6b) carencia de aminoácidos precursores de taurina y creatina1, y c) hiponatremia crónica corregida bruscamente durante la cirugía si hay politransfusión. Todo ello produce deshidratación del cerebro edematizado, lesión endotelial y liberación de factores mielinotóxicos4.
La MCP suele ocurrir en los primeros 15 días postrasplante1. La sintomatología más frecuente es alteración del estado de conciencia, aunque también podemos observar: disartria, disfagia, parálisis seudobulbar, oftalmoplejia o tetraparesia flácida, y síntomas por afectación extrapontina (temblor, catatonía, ataxia, mutismo, mioclonías, etc.)3,4. De difícil diagnóstico, frecuentemente la TC cerebral es normal4 y se requiere una RM (T2) que detecta un típico tridente o hiperintensidad pontina2,3. El diagnóstico diferencial incluye la oclusión aguda de la arteria basilar3.
No existe tratamiento para la MCP, sólo medidas preventivas: evitar cambios bruscos del sodio, corregir la hipomagnesemia, evitar sangrados intraoperatorios, no usar bypassvenovenoso, y realizar un seguimiento de los anticalcineurínicos4. La recuperación puede ser completa, pero un tercio de los pacientes presentan problemas neurológicos persistentes3. La MCP no es causa directa de fallecimiento, pero sí las complicaciones que se derivan3.

Linfoma cerebral primario en pacientes inmunocompetentes

Linfoma cerebral primario en pacientes inmunocompetentes: espectro de hallazgos y características diferencialesRadiologia 2018;60:280-9 - DOI: 10.1016/j.rx.2017.12.009
Resumen

El linfoma primario del sistema nervioso central (LPSNC) es infrecuente y su manejo difiere significativamente del resto de los tumores malignos de esta localización. El texto desarrolla cómo los hallazgos radiológicos a menudo sugieren el diagnóstico precozmente. La imagen típica en los pacientes inmunocompetentes es una masa intraaxial supratentorial con realce homogéneo. Otros hallazgos que deben valorarse son la multifocalidad y el realce en anillo incompleto. En el diagnóstico diferencial del LPSNC deben considerarse principalmente otros tumores malignos del SNC, como el glioblastoma y las metástasis. El LPSNC suele tener menor edema y efecto masa, y respeta el córtex adyacente, siendo infrecuentes la necrosis, la hemorragia y la calcificación. Aunque los hallazgos en secuencias morfológicas son típicos, no son por completo específicos y pueden encontrarse formas atípicas. Las técnicas avanzadas, como la difusión y sobre todo la perfusión, muestran valores cualitativos y cuantitativos que desempeñan un papel importante al diferenciar el LPSNC de otros tumores cerebrales.
Diastematomielia una malformación raquimedular asociada a la escoliosis congénita: a propósito de un casoRehabilitacion 2010;44:280-4 - DOI: 10.1016/j.rh.2009.12.003
Resumen
La diastematomielia viene del griego diastema=intervalo y myelos=médula.
La diastematomielia es una malformación raquimedular que consiste en un desdoblamiento de la médula espinal, normalmente por debajo de la 5.a vértebra dorsal y en relación con una anomalía vertebral. Es una forma rara de disrafia espinal (menos del 3% de los casos con disrafismo espinal oculto) y es más frecuente en el sexo femenino (3:1). La asociación con otras malformaciones raquimedulares está claramente documentada.
Clínicamente se puede presentar con tres grupos de síndromes: alteraciones cutáneas, deformidades ortopédicas y síntomas o signos de disfunción neurológica.
Presentamos el caso clínico y el estudio radiológico de una mujer de 57 años remitida a nuestro servicio de rehabilitación por presentar una mielopatía cervical con una escoliosis dorsolumbar detectada en la preadolescencia; clínicamente presentaba deformidades ortopédicas con manifestaciones neurológicas, aunque sin alteraciones cutáneas claras.
Presentamos este caso ya que, a pesar de ser una entidad inusual, debe tenerse en cuenta como diagnóstico diferencial en personas que presenten una escoliosis congénita, ya que la diastematomielia se presenta en el 5 al 16% de las escoliosis congénitas.